Otra dualidad sin importancia

Las cosas no son como esperaba cuando fantaseaba con estar dentro de tu copa de vino, esa que tomas cuando llegas a casa, después del trabajo. Flotando minúsculo, imaginaba pertenecer a un paraíso de aromas, tus labios finísimos acariciándome, las olas de vino besando tu lengua. Pero la realidad es que me aburro en esta prisión de líquido desconcertado, de cristales oscurecidos por tan larga espera. Así que abandono la fantasía, amor. Tal vez al final demasiada literatura. Sabes qué, no hace falta que vengas a casa, te paso a buscar, vayamos a un bar, te invito a una caña.